viernes, 18 de mayo de 2018

AREPAS… AREPASSS… AREPITAS, AREPOTAS…



Sin lugar a dudas que este bocadillo es tan tradicional para los venecos, como los tacos lo son para los cuates o las salteñas (¿?) para los hambrientos cholifornianos.
Luego, cree Ud. mi estimado, que se van a modificar nuestros patrones gastronómicos metidos hasta el tuétano, adquiridos desde nuestra bebentud, donde nos destetaron con papillas hechas de Cebillano, adobo de chancho o  carapulcra con sopa seca? ¡Imposible que esto se logre en Perulandia, la patria más conservadora y compulsiva que Atahualpa y Miguel Grau juntos¡ Ta, ta, ta, taaa…
Pero, beleve it or not… ya la cosa está lista y en vía delibery; pues, para empezar, apenas se sube una de esas mamazotas de amarillo, azul y rojo, al bus o a la Coaster, impecablemente enfundadas en sus pegaditos leggins y topcitos que no dejan nada a la imaginación, inmediatamente todos los náufragos de amor, se sueltan de su agarradera, del pasamanos o del pantalón de la vecina e hipnotizados por la aparición estudiada al milímetro por esa top model A1, pierden el sentido y quedan anonadados por todo el trayecto mientras se sienten acompañados.
-¡Arepas, arepas… las más ricas arepas… van con un beso de regalo… arepas, arepasss!
Y embelesados por su fino trato y sus cadenciosos andares, mientras el chofer tira su escondido look, se la comen… con esos ojos ansiosos y ante su solícito ofrecimiento, solo se atienen  a soñar y responder:
-Sí, preciosa; quiero toda tu cajita de regalos… aunque solo tengo una china enel bolsillo…
Se estima que solo en esta ciudad, hay diez mil venecos y que los sufridos inmigrantes a la fuerza, han escogido las bondades locales de nuestro clima humano: a pesar de caernos la nevada, ser buena gente y sumamente piadosos… con esos foráneos, en la jota, pero pulcros; sin un medio, pero educados; atentos, limpios y respetuosos. Sin embargo, para la mayoría, siempre seremos tildados de xenófobos extremos (y racistas por los siglos de los siglos, amén): porque con los otros millones de vecinos cargados con otras cualidades: suciedad, desorden, indiferencia, desdén, abulia, malcriadez, ociosidad endémica y la formación de hordas para el sicariato, seguiremos pasándonos de frente: estirados, desdeñosos y sobrados.
Aunque… para no creerlo, también, nuestro bien plantado Justiniano Apaza, célebre guerrero de mil batallas libradas a garrote limpio en el Chongreso (y por eso quedó así), ha observado y criticado el ingreso excesivo de los entenados de Maduro, señalando que los venecos “están quitando trabajo a la masa de trabajadores nacionales” ¿Y cuándo han trabajado, mi estimado Oto? ¿Con qué cara te atreves a proponer su limitación para ingresar al país? Si todos los demás Otos (otorongos), no saben qué es eso que se llama trabajo…
-¡Arepas, deliciosa arepas… Aquí tengo las máa rica y de todo precio… Pue, paa uté, tengo diponible:
La Viuda, que solo e arepa con soledad; la Reina Pepiá, si uté se quiere pepiá; la Sifrina, que le viene con queso amariyo; la Pelúa, la Catira o la Pata-pata; sin embago creo que uté va preferí… la Rompe Calzón, full marisco o solamente la yamada A Caballo… porque tiene huevo duro; como uté etá ahorita, mi rey… Pero como utée siempre paran misión imposible… le pueo prepará una docena de la Mata Perro… clientita… mi rey.   

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